miércoles, 19 de septiembre de 2012

Estilo


El lenguaje es, en términos cabales, el material del artista literario. Y se puede decir que todo autor escoge, de esos materiales, de la lengua, aquellos componentes, aquellos rasgos, que le han de servir a su propósito, como el escultor elige el mármol en que va a esculpir su estatua. La imprenta o el sello del autor, constituye el estilo.
La palabra estilo proviene del latín. La voz de la que es derivada, en tal lengua clásica, equivale a cincel. (Stilus, punzón para escribir)
El estilo, como concepto, se refiere a un conjunto de rasgos específicos de toda composición artística, determinado por la unión de diferentes formas que en conjunto proporcionan la obra de arte. En las obras literarias -que es lo que ahora interesa- el estilo se relaciona con el léxico y su riqueza y precisión, con la adecuación o inadecuación del mismo; también hace referencia a la estructura de las oraciones, a los giros idiomáticos, al ritmo del lenguaje...
El concepto de estilo fue usado, primariamente, para el arte literario y a partir del siglo XVIII se desplazó hacia las artes plásticas.
En las épocas primeras el estilo era considerado como algo objetivo, caracterizado o moldeado por el género literario elegido. Dentro de estos límites se posibilitaba cierto margen de variaciones individuales.
Las "maneras de decir" o clases de estilo provenientes de la retórica antigua o medieval, constituían fundamentalmente tres: el estilo "sublime", el "mediano" y el "bajo". Cada uno de ellos tenía asignados contenidos o temas específicos.
En la actualidad, el contexto objetivo o preceptivo gravita menos. El análisis estilístico se orienta de modo preferente hacia el conocimiento de los caracteres personales del autor. Todavía en Friedrich Schiller el estilo era depositario del objeto representado y todo modo de exposición "personal" de un artista era estimada como una peculiaridad "manierista".
Suele hablarse de "ruptura del estilo" cuando de un nivel o estructura el autor se desliza hacia otra, súbitamente. En ocasiones ello puede responder a falta de habilidad estilística del autor, pero en otros casos es un procedimiento perseguido deliberadamente en la persecución de determinados efectos de la obra literaria.
Por "medio estilístico" se entiende a cada uno de los elementos que conforman una totalidad de estilo. Así se denominan las figuras retóricas y cualquier peculiaridad del habla escrita perseguida y no obtenida por azar.
Dentro de las diferentes modalidades de estilo, puede destacarse un estilo "nominal", en el cual preponderan los sustantivos; y uno "verbal", con predominio de las acciones o verbos.
También se reconocen estilos "encabalgados" y no "encabalgados". En estos casos el uso del "encabalgamiento", define las peculiaridades.
El estilo lacónico, conciso, ha sido tradicionalmente conocido, como telegráfico. Se suprime la mayor cantidad de nexos, y se dio en el expresionismo.
El estilo "hierático" es el excesivamente rígido muy vinculado a estructuras arcaicas. Es el estilo poco espontáneo y vivo.
En cuanto a la relación con el tiempo, se habla de estilo individual cuando lo que predominan son las características de un determinado autor; en el estilo de época lo que pesa es supraindividual, propio de un tiempo en la historia del arte y del arte literario en particular.

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